En el día de ayer tuvo lugar la función religiosa en honor a nuestra Patrona la Virgen de Gracia, la cual estuvo a cargo de nuestro cura párroco y Director Espiritual Don Andrés Merino con la participación del diácono José Francisco Fernández y acompañada por el coro Rociero Ntra. Sra. de Gracia. Al finalizar la eucaristía se hizo la entrega del escudo de oro de nuestra Hermandad a nuestro hermano D. Juan Solano.
Ya por la tarde, nuestra Señora y Madre de todos los alhaurinos salía a la calle en Solemne Procesión de Gloria bajo palio.
Previamente, se procedió a la imposición de las medallas de nuestra Hermandad a todos los quintos y quintas que participaron en la misma.
Acto seguido, las bandas de música hicieron su entrada en la Plaza Baja, donde los asistentes ya aguardaban.
En el cortejo procesional contamos con la representación de miembros del Excmo. Ayuntamiento, autoridades y distintas corporaciones y asociaciones, miembros del Coro Rociero Nuestra Señora de Gracia, así como la Reina, las Damas de Honor y los Místeres de la Feria de Mayo.
También los vecinos que han recibido este año en sus casas a Nuestra Señora de Gracia y la policía local precedía el trono. Los niños y niñas, ataviados con trajes típicos, simbolizaron una de nuestras más antiguas tradiciones.
La Cofradía de la Santa Vera Cruz y la Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno también acompañaron a nuestra Madre, haciendo aún más especial este encuentro que une y fortalece los lazos de nuestra fe.
El acompañamiento musical tras el palio estuvo a cargo, una vez más, de la Asociación Musical Manuel Amador.
El itinerario concluyó con una emotiva y colorida petalada antes de alcanzar la Plaza Baja, donde el trono, estrenando varales nuevos y más largos, fue recibido con vítores al compás de la música y una magnífica vista de fuegos artificiales.
María es nuestro faro inquebrantable de esperanza. Nos recuerda con su valiente entrega que la fe auténtica no se impone, sino que se vive desde el amor, la confianza y la humildad.
En cada paso de la procesión, cada levantada de los portadores, cada oración susurrada y cada lágrima contenida late la certeza de que no estamos solos: María camina con nosotros.
Que su ejemplo de fe y esperanza siga inspirando a nuestras familias, que su manto nos siga cobijando en las tormentas y que su mirada nos recuerde que la fe, cuando se vive con amor y se transmite con verdad, es la herencia más hermosa que podemos compartir.
¡VIVA LA VIRGEN DE GRACIA! 
