Tras una preciosa Eucaristía bajo el lema “Familia en oración”, cantada por el Coro Rociero Nuestra Señora de Gracia, nuestra Patrona partió la pasada tarde entre tristeza de los vecinos de un barrio que la tienen que dejar ir y la alegría de otro que la espera con los brazos abiertos, en calle Juan de Austria.
Es impresionante ver como todo un pueblo se vuelca para acompañar en su recorrido a nuestra Madre. Calles engalanadas, puertas y ventanas abiertas para que entre Su Gracia en todos los rincones de nuestros hogares. Y se vuelve a repetir la imagen de ver en las caras de todo un pueblo el fervor y el amor hacia la Virgen de Gracia. Miradas que llegan hasta Ella en forma de oración, cargadas de peticiones: “Virgencita, salud para los míos y que el año próximo te podamos ver otra vez”.
Y a los sones de la música, como en cada traslado, llegó a su destino, donde fue recibida con una petalada y una poesía.
Gracias, Madre, por repartir Tu Gracia, Tu amor y Tu esperanza a todos Tus hijos.