La pasada noche aconteció el último traslado de Nuestra Señora de Gracia, desde calle Juan de Austria hasta la Parroquia.
La visita de nuestra Madre a los barrios es, además de un encuentro con la Madre de Dios, un momento inolvidable para los vecinos y vecinas que la acogen. Guarda un significado especial, sobre todo para nuestros mayores, figura familiar destacada por el párroco D. Andrés Merino Mateo en la tercera Misa de Triduo, oficiada justo antes de la salida procesional. Ellos guardan recuerdos, nostalgia y mucha emoción a raíz de todo lo vivido con Ella. Son rostros marcados por el paso del tiempo y una mirada que la ha seguido a Ella durante décadas.
La visita de la Virgen de Gracia a los barrios es más que un simple recorrido; es un encuentro con la historia, un reencuentro con nuestras raíces y una muestra de la fe que une a nuestro pueblo. En un mundo que cambia a gran velocidad, actos como este nos recuerdan la importancia de mantener vivas nuestras tradiciones y de honrar a quienes, con su dedicación y cariño, han hecho posible que sigamos celebrándolas hoy en día.
Gracias a los vecinos de calle Juan de Austria, a todos los que aportan su granito de arena para enaltecer a nuestra Patrona y, por encima de todo, a todos los mayores que sembraron la semilla de la fe en nuestros corazones.
¡Viva la Virgen de Gracia!